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lunes, 27 de marzo de 2017
Blancanieves y los 7 enanitos
Había una vez, una niña muy guapa y muy buena que se llamaba Blancanieves. Cuando era pequeña, su madre murió y su padre volvió a casarse de nuevo. La nueva madre de Blancanieves era muy malvada y tenía mucha envidia de Blancanieves porque ésta era muy guapa. La madrastra de Blancanieves tenía un espejo mágico al que todos los días preguntaba: "Espejo, espejito, ¿quién es la más guapa?". Y el espejo respondía: "Tú, mi ama".
Pero un día al preguntarle la madrastra al espejo quien era la más guapa, contestó: "Lo siento mi ama, tú eres guapa, pero hoy está más guapa Blancanieves." Entonces la madrastra enfurecida llamó a sus sirvientes y les dijo: "El espejo mágico me ha dicho que Blancanieves es más guapa que yo. Así que cogerla y llevarosla al bosque y allí matarla y como prueba de que ha muerto quiero que me traigáis su corazón en una caja."
Todos los sirvientes llamaron a Blancanieves y le dijeron que iban a dar un paseo por el bosque. Mientras tanto, los sirvientes comentaban entre ellos que Blancanieves era una niña buena y no se merecía morir.
Cuando llegaron al centro del bosque le contaron a Blancanieves las intenciones de su malvada madrastra pero que no la matarían. Dejaron allí a Blancanieves y mataron a un jabalí para llevarle su corazón a la madrastra como si se tratara del de Blancanieves.
Mientras tanto, Blancanieves encontró una casita muy pequeñita y entró. Había una mesita muy chiquitita con 7 silllitas, también había 7 camitas. Como tenía hambre, se sentó en la mesita y se comió todo lo que había en los 7 platitos , y después se acostó en las 7 camitas. Pero esa casita tenía dueños, eran 7 enanitos que cuando llegaron a casa después de trabajar se encontraron a Blancanieves durmiendo plácidamente en sus camitas. Uno de ellos exclamó: "Miradla, es muy hermosa". Y otro respondió: "Sí que lo es. Podíamos pedirle que se quede a vivir con nosotros". Y así lo hicieron los 7 enanitos le pidieron a Blancanieves que se quedara a vivir con ellos, y ella accedió después de contarles su triste historia.
La malvada madrastra seguía preguntando a su espejo quién era la más guapa del lugar y éste respondía que ella. Pero un día cuando le preguntó quién era la más guapa, el espejo contestó: "Es Blancanieves". Y la madrastra dijo: "No puede ser; está muerta". A lo que contestó el espejo: "No, no está muerta, Vive en el bosque en la casa de los enanitos." La malvada madrastra entonces se disfrazó de vieja y fue a ver a Blancanieves. Llevaba una cesta con manzanas envenenadas para Blancanieves. Cuando llegó a la casa de los enanitos, llamó a la puerta. "¿Quién es?", dijo Blancanieves. "Soy una pobre vieja y vengo a traerte una manzanas".
Blancanieves abrió la puerta y no pudo resistirse a las manzanas que brillaban como el sol. Al coger una y morderla cayó muerta al suelo. La malvada madrastra se marchó riéndose y contenta porque ahora sí sería ella la mas guapa del lugar.
Cuando llegaron los enanitos encontraron en el suelo a Blancanieves y todos muy tristes se pusieron a llorar. Todos los enanitos construyeron una caja de cristal y en ella metieron a Blancanieves y la llevaron al bosque. Estando allí en el bosque pasó un príncipe que quedó asombrado por la belleza de Blancanieves y la tristeza de los enanitos. Entonces decidió abrir la caja y besó a Blancanieves que sorprendentemente despertó. Todos los enanitos saltaban de alegría al ver a Blancanieves viva. El príncipe se casó con ella, y el príncipe, Blancanieves y los enanitos vivieron juntos en palacio.
Charles Perrault
PULGARCITA
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ÉRASE UNA VEZ UNA NIÑA QUE NACIÓ MISTERIOSAMENTE DENTRO DE UNA FLOR, Y COMO NO ABULTABA MÁS QUE EL DEDO PULGAR, LA LLAMARON PULGARCITA.
SU CAMA ERA UNA CÁSCARA DE NUEZ, SU COLCHÓN, HOJAS DE VIOLETA Y SU MANTA, UN PÉTALO DE ROSA. UN LINDO DÍA DE PRIMAVERA SE QUEDÓ DORMIDA EN EL JARDÍN Y UN SAPO FEO LA RAPTÓ PARA CASARLA CON SU HIJO.
-¡GLO, GLO, GLO! -EXCLAMÓ EL HIJO AL VER A PULGARCITA TAN BONITA.
-¡CHITÓN, QUE LA VAS A DESPERTAR! -LE RIÑÓ EL PADRE-. VAMOS A DEJARLA EN UNA HOJA DE NENÚFAR EN MEDIO DEL ARROYO PARA QUE NO SE ESCAPE. MIENTRAS TANTO, TENEMOS QUE CONSTRUIR UNA CASA EN EL LODO PARA CUANDO OS CASÉIS.
LOS PECES DEL ARROYO, QUE LO OYERON TODO, SE ACERCARON A VER A LA NIÑA.
-¡QUE BONITA ES! -DIJO UN PECECILLO DORADO-.
NO HAY DERECHO A QUE LA OBLIGUEN A CASARSE CON UN SAPO FEO. ¡TENEMOS QUE AYUDARLA!
DICHO Y HECHO; ENTRE TODOS LOS PECES CORTARON LA HOJA DE NENÚFAR Y LA DEJARON FLOTAR CORRIENTE ABAJO. DE ESE MODO, PULGARCITA SE LIBRÓ DE LOS SAPOS.
LUEGO PASÓ UN ABEJORRO ZUMBANDO Y, AL VERLA TAN QUIQUITA, LA COGIÓ ENTRE LAS PATAS Y LA POSÓ EN UN ÁRBOL. INMEDIATAMENTE LLEGARON SUS VECINOS, QUE ERAN MUY CHISMOSOS.
-ZUM, ZUM, QUÉ FEA ES..
-EXCLAMARON CON DESPRECIO-. SÓLO TIENE DOS PATAS Y LE FALTAN LAS ANTENAS Y LA ALAS. ¡ES FEA COMO UN SER HUMANO! ¡ZUM, ZUM!
EL ABEJORRO VOLVIÓ A MIRAR A PULGARCITA DE ARRIBA ABAJO Y TAMBIÉN EMPEZÓ A VERLA FEA. ENTONCES, LA BAJÓ DEL ÁRBOL Y LA ABANDONÓ ENCIMA DE UNA MARGARITA.
PULGARCITA SE HIZO UNA CAMA DE HIERBAS BAJO UNA HOJA GRANDE Y SE QUEDÓ EN EL BOSQUE TODO EL VERANO ALIMENTÁNDOSE DE NÉCTAR DE LAS FLORES Y BEBIENDO AGUA DE ROCÍO.
UN BUEN DÍA, ANDANDO, ANDANDO LLEGÓ A LA CASA DE UN VIEJO RATÓN DE CAMPO Y LLAMÓ A LA PUERTA.
¡PAM, PAM!
-DÉME UN GRANO DE CEBADA, POR FAVOR -LE DIJO-. HOY NO HE COMIDO NADA.
-¡CLARO, BONITA! -EXCLAMÓ EL RATÓN, QUE ERA MUY BONDADOSO-.
ENTRA.
DESPUÉS DE COMER, EL RATÓN DIJO A PULGARCITA QUE SE QUEDARA A PASAR EL INVIERNO CON ÉL, Y ASÍ LE CONTARÍA CUENTOS POR LA NOCHE, QUE ERA LO QUE MÁS LE GUSTABA, Y PULGARCITA ACEPTÓ.
AL CABO DE UNOS DÍAS, UN TOPO MUY RICO FUE A VISITAR AL RATÓN Y, CUANDO OYÓ CANTAR A PULGARCITA, SE PRENDÓ DE ELLA Y PENSÓ EN PEDIR SU MANO, AUNQUE NO ESE MISMO DÍA, CLARO.
-QUERIDO VECINO -DIJO EL TOPO DESPUÉS DE PENSARLO-, VEN CON LA NIÑA A VER LA GALERÍA QUE HE ABIERTO ENTRE NUESTRAS DOS CASAS. ¡AH!, Y NO OS AUSTÉIS CUANDO VEÁIS A UN PÁJARO MUERTO QUE HA CAÍDO DENTRO.
Y ERA VERDAD, EN MEDIO DE LA GALERÍA YACÍA UNA GOLONDRINA, AUNQUE EN REAIDAD NO ESTABA MUERTA. PULGACITA SE DIO CUENTA PORQUE RESPIRABA Y SE LE HINCHABA EL PECHO MUY LEVEMENTE PERO NO DIJO NADA Y, COMO EL TOPO Y EL RATÓN ERAN CORTOS DE VISTA, NO SE ENTERARON.
AQUELLA MISMA NOCHA, MIENTRAS EL RATÓN DORMÍA, PULGARCITA LLEVÓ UNA MANTA DE HENO A LA GOLONDRINA Y LA TAPÓ. CON EL CALORCITO, EL AVE VOLVIÓ EN SÍ, DIO LAS GRACIAS Y LE CONTÓ QUE SE HABÍA ROTO UN ALA AL CHOCAR CONTRA EL CIRUELO Y HABÍA CAÍDO EN ESE AGUJERO, DE DONDE NO PODÍA SALIR.
PULGARCITA SIGUIÓ CUIDANDO A LA GOLONDRINA A ESCONDIDAS DEL RATÓN Y DEL TOPO Y, CUANDO LLEGÓ LA PRIMAVERA, EL AVE YA PUDO VOLAR.
-.ME VOY -LE DIJO LA GOLONDRINA-.
¿QUIERES VENIR CONMIGO?
-ES QUE EL RATÓN ES MUY BUENO CONMIGO Y ME DA PENSA ABANDONARLO -CONTESTÓ PULGARCITA CON LAGRIMAS EN LOS OJOS.
-ENTONCES, ADIÓS, QUERIDA NIÑA, Y MUCHAS GRACIAS POR TODO.
DURANTE EL VERANO, EL TOPO SE DECIDIÓ A PEDIR LA MANO DE PULGARCITA. A PARTIR DE ENTONCES, LA NIÑA YA NO PUDO SALIR A TOMAR EL SOL PORQUE EL RATÓN LA OBLIGABA A HILAR TODO EL DÍA, Y ADEMÁS LLAMÓ A CUATRO ARAÑAS PARA QUE LE HICIERAN EL VESTIDO DE NOVIA.
-¡PERO ES QUE NO QUIERO CASARME CON EL TOPO! -PROTESTABA ELLA.
-¡TONTERÍAS! -CONTESTABA EL RATÓN-.
¡NO SABES TÚ LA SUERTE QUE TIENES DE CASARTE CON UN TOPO TAN RICO! SI SIGUES ASÍ TENDRÉ QUE CASTIGARTE.
EL DÍA DE LA BODA, MUY TEMPRANO, PULGARCITA SALIÓ A DESPEDIRSE DEL SOL, PORQUE NO VOLVERÍA A VERLO EN CUANTO SE CASARA. DE REPENTE, OYÓ UN CHILLIDO EN EL AIRE.
-¡QUIRI, QUIRI! -ERA LA GOLONDRINA, ¿PORQUE LLORAS, PULGARCITA? -LE PREGUNTÓ LA GOLONDRINA.
-EL RATÓN QUIERE QUE ME CASE CON EL TOPO Y TENDRÉ QUE VIVIR BAJO TIERRA PARA SIEMPRE. NO VOLVERÉ A VER EL SOL NI A ACARICIAR LAS FLORES.
-PUES VEN DE VIAJE CONMIGO. ¡SÚBETE A MI ESPALDA! -Y SE FUERON VOLANDO HASTA UN CASTILLO ABANDONADO DONDE VIVÍA LA GOLONDRINA.
AQUÍ HE CONSTRUIDO MI NIDO -DIJO LA GOLONDRINA-, PERO TU ESTARÁS MEJOR ENTRE LA HIERBA Y LAS FLORES.
LA NIÑA FUE A ACARICIAR UNA BELLA FLOR BLANCA Y PERFUMADA Y...¡QUÉ SORPRESA! DENTRO HABÍA UNA FIGURILLA TRANSPARENTE COMO EL CRISTAL, Y NO MAYOR QUE EL DEDO DE UN PULGAR. TENÍA UNA CORONA DE ORO Y DOS ALAS CUAJADAS DE BRILLANTES. ¡ERA EL REY DE LOS GENIOS DE LAS FLORES, QUE VIVÍAN EN AQUELLA PRADERA!.
-¡QUÉ GUAPO ES! -EXCLAMÓ PULGARCITA,
-¡TÚ SÍ QUE ERES UNA PRECIOSIDAD! -EXCLAMO EL REY-
¿QUIERES CASARTE CONMIGO?
¡POR FIN, UN MARIDO A SU MEDIDA! Y, ADEMÁS VIVÍA EN LAS FLORES, NO COMO EL TOPO QUE ERA GRANDOTE Y VIVÍA BAJO TIERRA. PULGARCITA, MUY CONTENTA, LE DIJO QUE SÍ Y EL REY LE PUSO UNA CORONA Y LE COSIÓ UNAS ALAS COMO LAS SUYAS.
Y ASÍ ME CONTÓ MI ABUELA EL CUENTO DE PULGARCITA, UNA NIÑA DIMINUTA, BONDADOSA Y MUY BONITA.
FIN
LA CENICIENTA
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Hubo una vez, hace mucho, mucho tiempo una joven muy bella, tan bella que no hay palabras para describirla. Se llamaba Cenicienta.
Cenicienta era pobre, no tenía padres y vivía con su madrastra, una mujer viuda muy cascarrabias que siempre estaba enfadada y dando ordenes gritos a todo el mundo.
Con la madrastra también vivían su dos hijas, que eran muy feas e insoportables.Cenicienta era la que hacía los trabajos más duros de la casa, como por ejemplo limpiar la chimenea cada día, por lo que sus vestidos siempre estaban sucios o manchados de ceniza, por eso las personas del lugar la llamaban cenicienta. Cenicienta apenas tenia amigos, solo a dos ratoncitos muy simpáticos que vivían en un agujero de la casa.
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Un buen día, sucedió algo inesperado; el Rey de aquel lugar hizo saber a todos los habitantes de la región que invitaba a todas las chicas jóvenes a un gran baile que se celebraba en el palacio real.
El motivo del baile era encontrar una esposa para el hijo del rey; el príncipe! para casarse con ella y convertirla en princesa.La noticia llego a los oídos de cenicienta y se puso muy contenta.
Por unos instantes soñó con que sería ella, la futura mujer del príncipe. La princesa!Pero, por desgracia, las cosas no serían tan fáciles para nuestra amiga cenicienta. La madrastra de cenicienta le dijo en un tono malvado y cruel: - Tú Cenicienta, no irás al baile del príncipe, porque te quedarás aquí en casa fregando el suelo, limpiando el carbón y ceniza de la chimenea y preparando la cena para cuando nosotras volvamos.
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Cenicienta esa noche lloró en su habitación, estaba muy triste porque ella quería ir al baile y conocer al príncipe. Al cabo de unos días llegó la esperada fecha: el día del baile en palacio. Cenicienta veía como sus hermanastras se arreglaban y se intentaban poner guapas y bonitas, pero era imposible, porque eran muy feas de tan malas que eran pero sus vestidos eran muy bonitos!
Al llegar la noche, su madrastra y hermanastras partieron hacia el palacio real, y cenicienta, sola en casa, una vez más se puso a llorar de tristeza.Entre llanto y llanto, dijo en voz alta: - ¿Por qué seré tan desgraciada? Por favor, si hay algún ser mágico que pueda ayudarme.. decía cenicienta con desesperación.
De pronto, sucedió algo increíble; se le apareció un hada Madrina muy buena y muy poderosa.Y con voz suave, tierna y muy agradable le dijo a cenicienta; - No llores más, te ayudaré.De verdad ? dijo cenicienta un poco incrédula pero como vas a ayudarme ? no tengo ningún vestido bonito para ir al baile y mis zapatos están todos rotos!
La hada madrina saco su varita mágica y con ella toco suavemente a cenicienta, y al momento oh!, que milagro! un maravilloso vestido apareció en el cuerpo de cenicienta, así como también unos preciosos zapatos.
Ahora ya puedes ir al baile de palacio cenicienta, pero ten en cuenta una cosa muy importante: tu vestido a las 12 de la noche volverá a ser los harapos que llevas ahora.
Hay algo más que debes saber, delante de la casa te espera un carruaje que te llevará al gran baile en palacio, pero a las 12 de la noche, se transformará en una calabaza!. Bien, dijo cenicienta, ya soy feliz, solo por poder ir al baile.
Hay algo más que debes saber, delante de la casa te espera un carruaje que te llevará al gran baile en palacio, pero a las 12 de la noche, se transformará en una calabaza!. Bien, dijo cenicienta, ya soy feliz, solo por poder ir al baile.
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Cuando cenicienta llego al palacio, causo mucha impresión a todos los asistentes, nadie nunca había visto tanta belleza, cenicienta estaba preciosa!
El príncipe, no tardo en darse cuenta de la presencia de esa joven tan bonita. Se dirigió hacia ella y le preguntó si quería bailar.
Cenicienta, dijo si!, claro que sí! Y estuvieron bailando durante horas y horas
El príncipe, no tardo en darse cuenta de la presencia de esa joven tan bonita. Se dirigió hacia ella y le preguntó si quería bailar.
Cenicienta, dijo si!, claro que sí! Y estuvieron bailando durante horas y horas
Las hermanastras de cenicienta no la reconocieron, debido a que ella siempre iba sucia y llena de ceniza, incluso se preguntaban quien sería aquella chica tan preciosa.
Pero de repente oh!, dijo cenicienta, son casi las 12 de la noche, mi vestido esta a punto de convertirse en una ropa sucia, y el carruaje se transformará en una calabaza!
- ¡Oh, Dios mío! ¡Tengo que irme! le dijo al príncipe que estaba en sus brazos bailando.
Salió a toda prisa del salón de baile bajó la escalinata hacia la salida de palacio perdiendo en su huida un zapato, que el príncipe encontró y recogió.
A partir de ese momento, el príncipe ya sabia quien iba a ser la futura princesa la joven que había perdido el zapato!, pero..caramba!, exclamo el príncipe, pero si no se ni como se llama, y mucho menos donde vive!
Pero de repente oh!, dijo cenicienta, son casi las 12 de la noche, mi vestido esta a punto de convertirse en una ropa sucia, y el carruaje se transformará en una calabaza!
- ¡Oh, Dios mío! ¡Tengo que irme! le dijo al príncipe que estaba en sus brazos bailando.
Salió a toda prisa del salón de baile bajó la escalinata hacia la salida de palacio perdiendo en su huida un zapato, que el príncipe encontró y recogió.
A partir de ese momento, el príncipe ya sabia quien iba a ser la futura princesa la joven que había perdido el zapato!, pero..caramba!, exclamo el príncipe, pero si no se ni como se llama, y mucho menos donde vive!
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Para encontrar a la bella joven, el príncipe ideó un plan. Se casaría con aquella que pudiera calzarse el zapato.
Envió a sus sirvientes a recorrer todo el reino. Todas las jóvenes, chicas y mujeres se probaban el zapato, pero no había ni una a que pudiera calzarse el zapato.
Al cabo de unas semanas, los sirvientes de palacio llegaron a casa de Cenicienta.
La madrastra llamó a sus feas hijas para que probasen el zapato, pero evidentemente no pudieron calzar el zapato.
Uno de los sirvientes del príncipe vio a cenicienta en un rincón de la casa, y exclamo: -eh!, tu también tienes que probarte el zapato!
La madrastra y sus hijas dijeron: -por favor!, como quiere usted que cenicienta sea la chica que busca el príncipe?, ella es pobre, siempre esta sucia y no fue a la fiesta de palacio!
Pero cuando cenicienta se puso el zapato y le encajo a la perfección, todos los presentes se quedaron de piedra!, -oooh!, es ella! la futura princesa!
Envió a sus sirvientes a recorrer todo el reino. Todas las jóvenes, chicas y mujeres se probaban el zapato, pero no había ni una a que pudiera calzarse el zapato.
Al cabo de unas semanas, los sirvientes de palacio llegaron a casa de Cenicienta.
La madrastra llamó a sus feas hijas para que probasen el zapato, pero evidentemente no pudieron calzar el zapato.
Uno de los sirvientes del príncipe vio a cenicienta en un rincón de la casa, y exclamo: -eh!, tu también tienes que probarte el zapato!
La madrastra y sus hijas dijeron: -por favor!, como quiere usted que cenicienta sea la chica que busca el príncipe?, ella es pobre, siempre esta sucia y no fue a la fiesta de palacio!
Pero cuando cenicienta se puso el zapato y le encajo a la perfección, todos los presentes se quedaron de piedra!, -oooh!, es ella! la futura princesa!
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Inmediatamente la llevaron a palacio y a los pocos días se casó con el príncipe, por lo que fue una princesa!
Nunca más volvió con su madrastra, vivió feliz en palacio hasta el último de sus días.
Nunca más volvió con su madrastra, vivió feliz en palacio hasta el último de sus días.
FIN
domingo, 26 de marzo de 2017
"Lacara perfecta"
Cuento, "La cara perfecta"
Había una vez un muñeco de papel que no tenía cara. Estaba perfectamente recortado y pintado por todo el cuerpo, excepto por la cara. Pero tenía un lápiz en su mano, así que podía elegir qué tipo de cara iba a tener ¡Menuda suerte! Por eso pasaba el día preguntando a quien se encontraba:
- ¿Cómo es una cara perfecta?
- Una que tenga un gran pico - respondieron los pájaros.
- No. No, que no tenga pico -dijeron los árboles-. La cara perfecta está llena de hojas.
- Olvida el pico y las hojas -interrumpieron las flores- Si quieres una cara perfecta, tú llénala de colores.
Y así, todos los que encontró, fueran animales, ríos o montañas, le animaron a llenar su cara con sus propias formas y colores. Pero cuando el muñeco se dibujó pico, hojas, colores, pelo, arena y mil cosas más, resultó que a ninguno le gustó aquella cara ¡Y ya no podía borrarla!
Y pensando en la oportunidad que había perdido de tener una cara perfecta, el muñeco pasaba los días llorando.
- Yo solo quería una cara que le gustara a todo el mundo- decía-. Y mira qué desastre.
Un día, una nubecilla escuchó sus quejas y se acercó a hablar con él:
- ¡Hola, muñeco! Creo que puedo ayudarte. Como soy una nube y no tengo forma, puedo poner la cara que quieras ¿Qué te parece si voy cambiando de cara hasta encontrar una que te guste? Seguro que podemos arreglarte un poco.
Al muñeco le encantó la idea, y la nube hizo para él todo tipo de caras. Pero ninguna era lo suficientemente perfecta.
- No importa- dijo el muñeco al despedirse- has sido una amiga estupenda.
Y le dio un abrazo tan grande, que la nube sonrió de extremo a extremo, feliz por haber ayudado. Entonces, en ese mismo momento, el muñeco dijo:
- ¡Esa! ¡Esa es la cara que quiero! ¡Es una cara perfecta!
- ¿Cuál dices? - preguntó la nube extrañada - Pero si ahora no he hecho nada...
- Que sí, que sí. Es esa que pones cuando te doy una abrazo... ¡O te hago cosquillas! ¡Mira!
La nube se dio por fin cuenta de que se refería a su gran sonrisa. Y juntos tomaron el lápiz para dibujar al muñeco de papel una sonrisa enorme que pasara diez veces por encima de picos, pelos, colores y hojas.
Y, efectivamente, aquella cara era la única que gustaba a todo el mundo, porque tenía el ingrediente secreto de las caras perfectas: una gran sonrisa que no se borraba jamás.
Pedro Pablo Sacristán
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